Cuando se haya escrito la historia espiritual del mundo occidental durante el siglo XXI, es probable que sea considerada una época de letargo espiritual. Las realidades eternas parecían difusas y alejadas de la vida diaria, y la conformidad al mundo se manifestó en el descuido y el abandono de las cuestiones espirituales. Por eso no es ningún anacronismo reeditar un libro de una época en que las personas tenían una conciencia más profunda del mundo venidero, escrito por un siervo de Dios cuya predicación y cuya obra escrita se utilizaron para dar la alarma y despertar a muchos a las preocupaciones de la vida y la muerte. Tan es así el clima reinante entre muchos cristianos contemporáneos que estas páginas pueden servir primordialmente como instrumento para avivar a los creyentes y que puedan aplicarse en su tarea evangelizadora. No será la primera vez que Joseph Alleine produzca semejante efecto.