“Deja que la Palabra de Dios actúe en tu corazón y mente vez tras vez con el pasar de los años, e imperceptiblemente vendrán grandes cambios en tu actitud, perspectiva y conducta. Tu serás probablemente el último en reconocerlos. A menudo te sentirás muy, muy pequeño, porque cada vez más el Dios de la Biblia será para ti maravillosamente grande”.